AVES DE ALICANTE

NOTAS Y OBSERVACIONES DE NUESTRA NATURALEZA

Versión para imprimir
PDF [202 K]

& ÍNDICE

POR "LA SIERRA DE AITANA" : NOTAS Y OBSERVACIONES DE NUESTRA NATURALEZA


Fuentes de agua y fauna :

En la Sierra de Aitana podemos encontrar numerosas fuentes que, desde siempre, han contado con una gran estima por la calidad de sus aguas. En las cercanías de algunas de estas fuentes se han instalado mesas y bancos para los numerosos visitantes que acuden en busca de tranquilidad y descanso. Muchas veces se encuentran con otra cosa bien distinta: ruidos, bullicio y demasiada gente.


Radares militares en lo alto de la Sierra de Aitana.
Foto : Raúl González

Estas “invasiones” por parte de ciudadanos (en todos sus plenos derechos de hacerlo) de puntos concretos de nuestros parajes, traen consigo otros problemas como son la acumulación de basuras y el riesgo de incendios forestales, complejos y costosos en cuanto a su prevención y a su solución.

Otros espacios naturales (incluso declarados como protegidos) soportan el mismo problema. Quizá se podría ofrecer al ciudadano que quiere salir a pasar el día al campo con su familia, lugares para hacerlo más próximos a sus domicilios (generalmente grandes poblaciones) con lo que evitaríamos varios problemas (reducción de tráfico, contaminación y accidentes). También podrían ser puntos que no tengan un valor biológico excepcional y que las visitas excesivas alteran su frágil equilibrio ecológico sino lugares que, con pequeñas inversiones, pueden ofrecer las mismas condiciones para el esparcimiento y que podrían ocupar áreas que ahora resultan de escaso interés.

Junto a uno de los bosquetes de pinos, observamos con nuestros prismáticos a una de las joyas aladas que esconde la Sierra de la Aitana. En uno de los altos cortados rocosos, donde lanzan sus peculiares gritos las chovas piquirrojas, aparece el roquero rojo ( Monticola saxatilis , para los científicos), un ave que, según recogen los libros de ornitología, “se encuentra, típicamente, en prados alpinos pedregosos”. La visión, excepcionalmente prolongada según nuestras notas de campo de años anteriores, de esta bella ave nos anima, ya que es una de las especies que más deseábamos observar.


Roquero rojo (Saxicola monticola)

Foto : Toni Zaragozí

Muchas aves están vinculadas, de una forma u otra, con las montañas. Algunas encuentran en las áreas montañosas sus lugares ideales para vivir, otras las prefieren para buscar alimento y otras como puntos idóneos para su reproducción. La tradicional tranquilidad y soledad de estos agrestes parajes ha permitido la supervivencia de estas especies y no sólo de aves, sino de otras muchas formas de vida. Con la mejora de los accesos a nuestras montañas, a menudo se han visto truncados estos procesos biológicos vitales para la perdurabilidad de las poblaciones animales. La lista de problemas es extensa y por citar algunos de ellos podríamos hablar de la caza ilegal de especies amenazadas de extinción (como es el caso de las aves rapaces diurnas y nocturnas), la mal llamada “tradicional” captura de fringílidos (a este grupo pertenecen el verderón o el verdecillo, por ejemplo), molestias a aves en época de cría por visitantes y escaladores, sustitución de la vegetación autóctona por otras más rentables económicamente (para algunos, claro) y, como dramático gran problema, los incendios forestales a los que nuestros paisajes (y algunos de nuestros “paisanajes”) son muy aficionados.