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LAS
SALINAS DE CALPE: UN PARAJE A PROTEGER Problemas
de conservación A pesar de todo lo que hemos podido ver anteriormente, este paraje no dispone de unas suficientes medidas que garanticen su integridad. Únicamente su inclusión en el Catálogo de Zonas Húmedas de la Comunidad Valenciana es un resorte legal para su protección pero se trata de un medio muy limitado. Las actuaciones sobre las Salinas obedecen a diversas causas pero todas tienen como raíz común la presión humana.
Fundamentalmente, el gran problema al que se enfrentan las Salinas de Calpe viene dado por la problemática gestión del paraje: después de haber sido considerada como de dominio público (zona marítimo-terrestre) en base de un informe remitido por el Ayuntamiento de Calpe en el que se afirmaba que ya en el año 1263 la zona era un humedal, una reciente sentencia del tribunal Supremo rechaza ese planteamiento y la declara como de propiedad privada. Además, está prevista la inmediata puesta en marcha del plan especial El Saladar, que permitirá la construcción de edificios (de hasta 50 m de altura) en las proximidades del paraje así como un vial al oeste y norte de la salina. El actual PGOU (1998) ha reducido la superficie edificable respecto al de 1994, pero, ante la sensibilidad de las zonas húmedas a las transformaciones de su entorno, la situación sigue siendo plateando interrogantes sobre el futuro y viabilidad del paraje. Aunque la zona biológicamente más valiosa queda, relativamente, “a salvo”, no podemos por menos que preocuparnos por su futuro. -Las construcciones e infraestructuras , como decimos en el párrafo anterior, van lenta pero inexorablemente, cercándolas y esa propia existencia de viviendas origina molestias a las especies que viven en este humedal, tanto por la ocupación física del espacio como por la mayor presencia de personas y animales domésticos que pueden interferir en la tranquilidad necesaria para la reproducción de las especies.
-La escasa circulación de sus aguas también generan problemas de calidad. Por un lado, en épocas de lluvias es posible que se produzcan fuertes modificaciones de los niveles de salinidad. A estos cambios contribuye el hecho de que la avenida que la rodea por el Sur y el Este tiene como escorrentía la misma salina, lo que le aporta aguas dulces y, posiblemente, con niveles de agentes contaminantes producidos por los automóviles. Por otro lado, la falta de funcionamiento del sistema de bombeo de agua marina hace que las aguas no se renueven lo que reduce la entrada de aguas oxigenadas y ricas en microfauna. Tampoco se están realizando de análisis de aguas de las Salinas de Calpe por parte de la Conselleria de Medi Ambient para vigilar su calidad, aunque se estudia actualmente esa posibilidad. El Ayuntamiento de Calpe sí ha efectuado alguno de estos análisis. -En las zonas cercanas a áreas habituales de paseo, se pueden encontrar basuras y desperdicios en las orillas o el interior de la salina . Su retirada es inexistente (o muy insuficiente) si exceptuamos un par de ocasiones en que organizaciones ecologistas llevaron a cabo una limpieza parcial, en la medida de sus posibilidades.
-Por la proximidad tanto geográfica como natural a un punto tan interesante como el Parc Natural del Penyal d'Ifach deberían estar incluidas dentro de ese perímetro de protección en un Parc Natural de Les Salines de Calp-Penyal d'Ifach. Los medios disponibles en el Penyal (monitores, vigilancia, aula de naturaleza...) podrían ver ampliado su radio de acción a este paraje, complementando así la oferta a los ciudadanos. Esta es una reivindicación antigua y que continua produciéndose regularmente. -Las Salinas de Calpe podría representar un elemento avanzadísimo en la Educación Ambiental de las poblaciones de la Costa Blanca , tanto de sus residentes como de los que llegan en vacaciones. Ya se cuenta con un magnífico paraje en el interior prácticamente de Calpe con lo que con una inversión menor se podría ofrecer una nueva variedad de turismo a los visitantes: el turismo de medio ambiente, respetuoso y educativo. En muchos países del resto de Europa, la observación de las aves mueve a muchas empresas, personas y dinero. Aquí tenemos un paraje por el que muchos extranjeros pagarían por tenerlo frente a sus casas pero las diferentes Administraciones no tienen la capacidad de visión para aprovechar, de forma sostenible , nuestros recursos.
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