LA MOCHILA DEL NATURALISTA
ARTÍCULOS E INFORMES

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ALGUNOS DESCUBRIMIENTOS ZOOLÓGICOS RECIENTES

Dr. Fidel José Fernández y Fernández-Arroyo.

PARTE II - sección a

 

Cuadro de texto:    Aunque la avefría andina (o tero serrano) (Vanellus resplendens) fue descrita en 1843, aún no se sabe prácticamente nada de su alimentación, y se han publicado muy pocos datos sobre su reproducción.   (Fotografía: Juan José Ramos Encalado. Orillas del lago Titicaca, Huatajata (Bolivia). 25 de julio de 1997).         El bonito pinzón azul  (Fringilla teydea), descrito en 1841, es un endemismo canario, al igual que buena parte de las aves españolas descubiertas en los últimos 170 años. (Fotografía: Daniel Magnenat.  Las Lajas (Tenerife). 1 de enero de 1995).  Algunos de los nuevos descubrimientos se refieren a especies realmente singulares. Por ejemplo, en 1995 se halló en Brasil el “ pájaro acróbata ” ( Acrobatornis fonsecai ), “ que pasa casi todo el día colgado de las ramas cabeza abajo ” ( Morant , 1999). En 1998, en la República Dominicana, se encontró un saurio diminuto, de 1´6 cm de longitud sin contar la cola, el jaragua sphaero ( Sphaerodactylus ariasae ); que tal vez sea la lagartija más pequeña del mundo, junto con su congénere el gecko S. parthenopion de las islas Vírgenes Británicas, descrito unos 35 años antes ( Biológica , 2002). Hacia 1996, en la isla de Cuba, fue descubierta la rana Eleutherodactylus iberia , que con apenas un centímetro de longitud es una de las ranas más pequeñas que existen, junto con la ranita de Cuba ( Smithillus limbatus ) ( Quercus , 1997; Valledor de Lozoya , 2001). Y antes, en 1923, en una remota isla del Atlántico sur, la isla Inaccesible, fue descrita el ave no voladora más pequeña del mundo, el rasconcillo de Tristan da Cunha ( Atlantisia rogersi ), de unos 13-15´5 cm de longitud ( Del Hoyo et al., 1996). [Como es bien sabido, la más pequeña de todas las aves es el macho del colibrí zunzunito o colibrí abeja ( Mellisuga helenae ), de Cuba, de unos 5 cm de longitud ( Del Hoyo et al., 1999)].

Un anfibio tan extraño como la rana incubadora gástrica ( Rheobatrachus silus ), de Australia, que desarrolló adaptaciones excepcionales para que los renacua-jos pudieran desarrollarse dentro del estómago de la madre (que previamente tragaba sus propios huevos; las crías ya formadas salían después por su boca), no fue descubierto hasta 1972-73; y por cierto, hacia 1981 ya estaba al parecer extinguido, aunque en este corto tiempo se habían comenzado a obtener informaciones apasionantes (y con aplicaciones en medicina) sobre su increíble sistema de reproducción ( Astudillo et al., 1995, González , 2001; Márquez y Lizana , 1993; Petitjean , 2002; Tyler , 1991). En lo que se refiere a los anfibios, llama la atención el elevado número de especies que continúan descubriéndose, especialmente en zonas tropicales. Solamente en Bolivia e inmediaciones, se han descrito 28 especies nuevas para la ciencia en la última década del siglo XX, y se ha señalado “ la posibilidad de realizar nuevos descubrimientos ” (ver De la Riva , 1999 y 2001; De la Riva et al., 2000; Padial et al., 2000); y sólo en Sri Lanka, se han hallado recientemente varias docenas de especies nuevas de anfibios ( Petitjean , 2002). Félix Rodríguez de la Fuente hizo Cuadro de texto:    El tritón pigmeo (Triturus pygmaeus)  ha sido considerado recientemente como una nueva especie de anfibios ibéricos.    (Fotografía: Eduardo Escoriza Abril. Colomera (Granada). Agosto de 2001).  célebre la nueva rana que descubrieron en 1973; en un lugar tan virgen, aislado e inexpugnable como el cerro Autana, la “Montaña Sagrada” de los indios, en Venezuela. Pero no es preciso ir tan lejos. Por ejemplo, una criatura tan espectacular como la salamandra gigante persa , que ya ha sido filmada para algún documental de televisión, fue registrada por primera vez hace poco más de veinte años, en Irán. Mucho más cerca, la rana pirenaica ( Rana pyrenaica ), de Huesca y Navarra (y también de algunas localidades francesas), que habita en lugares tan frecuentados como la Selva de Irati y el Parque Nacional de Ordesa, pasó desapercibida hasta 1990 (aunque durante la década anterior, algunos especialistas ya habían anotado algunas diferencias entre ciertas ranas de Ordesa y las especies conocidas), y no fue descrita hasta 1993 ( Arribas y Mateos , 2000; Barbadillo et al., 1999; Barrio , 1997; Bartolomé y Vega , 1998; Pleguezuelos , 1997; Salvador y García París , 2001; Serra-Cobo , 1993); además, por ser “ especie nueva para la ciencia ”, “ no la recoge ningún tratado internacional ni leyes nacionales ” ( Ayllón , 2001). Otras cinco especies nuevas de anfibios han sido descritas en la Península Ibérica durante el siglo XX, incluyendo una en el año 2000 (el sapillo moteado meridional [ Pelodytes ibericus ], aunque algunos rasgos como su voz diferente ya habían hecho sospechar a los investigadores casi cinco años antes) ( Barbadillo et al., 1999; Barrio , 1997; Pleguezuelos , 1997; Salvador y García París , 2001). Sin embargo, estos últimos descubrimientos, que a menudo son en realidad cambios taxonómicos (o al menos lo parecen), no resultan tan espectaculares como el del sapillo balear, y por otra parte no todos han estado exentos de cierta polémica (ver por ejemplo Barrio , 1997, 1999; AHE, 1998). Como señaló Miguel Delibes de Castro (2001) (pág. 173), refiriéndose a la Península Ibérica, “ en la mayoría de los casos los nuevos anfibios no son tan nuevos, sino viejos conocidos que estrenan nombre, pues previamente se consideraban incluidos en otra especie ”.